MigraMedios

El análisis de las estrategias discursivas de los medios, como forma de entender los mecanismos de producción de la figura social de la migración, implica observar el lugar que se le asigna a los clasificados o catalogados como “los otros” y a la sociedad receptora o los grupos sociales (élites) quienes elaboran, a partir del discurso, tales imágenes.

 

En este apartado se analizará el discurso que construyen algunos medios uruguayos sobre la migración, así como las representaciones de esos “otros” en relación a un “nosotros” articulando un marco ideológico de creencias con la pretensión de validar ciertos valores culturales (libertad, igualdad, la justicia, etc.) en la sociedad, en un momento y tiempo determinado.

 

En este caso, se observa desde una perspectiva del análisis crítico de discurso (ACD) a los diarios El País, El Observador y La Diaria; y los semanarios Caras y Caretas, Brecha y Búsqueda, poniendo el énfasis en todas las editoriales que publicaron durante el período de tiempo 2014-20181. El criterio de selección responde a que, de acuerdo con los datos del Instituto Verificador de Circulación (IVC) de marzo de 2018, divulgados por Gustavo Gómez, ex director de la Dirección Nacional de Telecomunicaciones y actual director ejecutivo del Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencia (OBSERVACOM), los medios de mayor venta durante el período observado fueron: El País, El Observador, La Diaria y Búsqueda, así como los dos semanarios más representativos de la izquierda uruguaya Brecha y Caras y Caretas.

 

El diseño metodológico combinó técnicas cuantitativas (se construyó una base de datos con un total de 927 piezas publicadas en la prensa gráfica sobre el fenómeno migratorio, durante el período 2014/2018, que se categorizaron de acuerdo a  los siguientes géneros noticiosos: carta de lectores, editorial, entrevista, opinión/columna, información, otros) y cualitativas (Ver: Análisis de contenido de todas las editoriales publicadas en el período 2014/18) que permitieron construir un corpus de análisis de 14 piezas editoriales. Los materiales analizados provienen de dos medios: El País (con trece editoriales) y El Observador (una editorial). 

 

La perspectiva del análisis crítico del discurso (ACD) muestra, tal como sostienen algunos investigadores, cómo a través del discurso periodístico se reconstruyen y representan los acontecimientos sociales y políticos de una región, de un país o del mundo, de una forma específica; algunas veces con una carga ideológica evidente que influye en la manera como se construyen los modelos cognitivos o mentales de los diferentes miembros de una comunidad. El análisis ACD tiene en cuenta de modo muy concreto los discursos institucionales, políticos, de género y mediáticos para tratar de analizar las relaciones de dominación, discriminación, poder y control, manifiestas en el lenguaje y sostenida por los actores sociales y las élites de poder que se apoyan en las representaciones o marcos colectivos de percepción, fundamentalmente compartidos, por un grupo social y no sólo en su experiencia individual.

 

El análisis del ACD de las editoriales que se propone pone énfasis, en un primer momento, en un análisis de contenido de las macro estructuras, o temas generales, de todas las editoriales, que son el significado global del discurso y apuntan a la esencia o núcleo del mismo (Ver análisis de contenido). Los temas pueden ser inferidos o asignados al discurso, no se ven directamente, aunque aparecen casi siempre en los titulares, en las entradillas o en las conclusiones. Algunos autores señalan que la importancia de los temas generales es que quedan en la mente de los lectores, ya que orientan el discurso y permiten controlar la comprensión o influyen en la formación de los modelos mentales del acontecimiento que aborda el discurso. 

 

En un segundo momento, se analizan las micro estructuras o significados locales, que refieren a los argumentos (topoi). Específicamente se tendrán en cuenta los elementos de las estrategias argumentativas, las justificaciones relacionadas que vinculan el argumento o los argumentos con la conclusión, con lo que se pretende afirmar. 

 

La elección de analizar los editoriales responde a que allí se observa el tejido textual de la opinión que representa “la voz” de la empresa periodística (por eso es anónimo), y no la voz de un columnista independiente y/o particular. Como artículo, el editorial plantea juicios y valoraciones sobre hechos ya ocurridos, los analiza e interpreta, y tiene el objetivo de orientar o guiar la opinión pública a partir de Topoi (lugares comunes).

 

Los topoi, o lugares comunes, construyen argumentos que se encuentran, frecuentemente, en los discursos políticos, y que se sustentan en premisas “evidentes” y “suficientes” para justificar una conclusión. Tales premisas se sostienen en la cultura y no permitirían una elaboración propia de argumentos de quienes leen/escuchan, ya que serían estereotipadas y no sujetas a cuestionamiento por parte de los hablantes. Los topoi son creencias presentadas como comunes a cierta colectividad, de la que al menos forman parte su locutor y su alocutor, y se supone que los interlocutores comparten esta creencia cultural, incluso antes del discurso en el que se emplea. Esto quiere decir que los topoi se configuran como parte del conocimiento compartido de los participantes de la discusión.

 

Es en los discursos políticos, en tanto construcciones de imaginarios sociales compartidos, donde generalmente aparecen estos topoi, ya que son estrategias frecuentes en la negociación de significados y en el proceso de persuasión de una determinada audiencia para responder a los objetivos propios. Los topoi servirían así para que los autores de los textos impongan su propia agenda y lograr sus objetivos en el debate político. 

 

Análisis de las estrategias argumentativas (Diario El País)

Durante el período observado (2014/2018), el diario El País publicó 13 editoriales y El Observador sólo una. El resto de los medios, si bien publicaron noticias sobre la migración, concretamente, durante ese período, no editorializaron la temática. La primera observación general es que 12 de las 13 editoriales del diario El País refieren a los refugiados sirios y a los presos de Guantánamo, el resto de la migración no aparece en la agenda editorial. Algunos de los temas generales que editorializa el El País en relación a los sirios y presos de Guantánamo son:  a) mala gestión de gobierno en beneficio propio que pone en peligro o amenaza la seguridad de Uruguay; b) irresponsabilidad en la gestión y mala imagen ante los organismos internacionales por el no cumplimiento de los pactos sobre derechos humanos; c) problema religioso (musulmanes vs. cristianos); d) mentiras recurrentes del estado y falta de transparencia en los procesos de acogida de los refugiados; e) problemas culturales y de integración; f) poner lo político por encima de lo jurídico; g) un fracaso de la política positiva migratoria; h) hipótesis sobre una posible consulta a la ciudadanía uruguaya y su respuesta negativa de refugio a los sirios; i) se enuncia un proceso improvisado y voluntarista del gobierno que no fue pensado y que llevó al fracaso de tales medidas. 

 

Cabe señalar también, antes de abordar el análisis de las estrategias argumentativas, que la cantidad de refugiados sirios que llegaron a Uruguay fueron 42; y 6 los presos de Guantánamo.  Un estudio de 2017 de la Udelar apunta que: “se tiende a sobreestimar el número de inmigrantes europeos históricos, españoles e italianos, así como los orígenes más recientes cuya llegada, aunque de magnitudes mínimas, ha recibido mayor cobertura mediática y visibilidad: sirios, dominicanos, peruanos y otros asiáticos. Solo así se explica que mientras los sirios representan una magnitud insignificante de la inmigración reciente, los uruguayos piensen en Siria cuando se les interroga por el país al que más asocian con la inmigración”2. Otro dato que surge de ese estudio hace referencia a las políticas migratorias y la opinión de los uruguayos sobre la llegada de sirios al país en ese momento: “El 51% de los uruguayos expresa desacuerdo con tal medida, siendo los identificados como de derecha o centro-derecha y los de edades más avanzadas quienes muestran la postura más contraria a esta política específica. Una excepción a la tendencia ya verificada es que en este caso las mujeres son más receptivas que los varones a la llegada de refugiados sirios”. 

 

A continuación, se analiza entonces las características de los esquemas argumentales relacionados con el contenido de las editoriales en base a una lista de topoi o lugares comunes, elaborada por distintos autores, para entender las estrategias discursivas utilizadas por El País y El Observador durante 2014 -2018. Algunos de los topoi que se analizan son: 1. Utilidad, ventaja; 2. Inutilidad, desventaja; 3. Definición, interpretación de nombres; 4. Peligro y amenaza; 5. Humanitarismo; 6. Justicia; 7. Responsabilidad; 8. Carga, lastre; 9. Economía; 10. Realidad; 11. Números; 12. Ley y derecho; 13. Historia; 14. Cultura; 15. Abuso.

 

Argumento de inutilidad o desventajas 

Es un esquema argumentativo causal y condicional, donde se establecen relaciones causales y una regla conclusiva derivada que se propone como cambio o modificación de tales relaciones. El País lo utiliza, por ejemplo, en el editorial del 26/01/2016, “Guantánamo: un final incierto”, donde señala que: “si se hiciera una nueva encuesta sobre la decisión de darles refugio (presos de Guantánamo), la respuesta más probable de los encuestados volvería a ser que Uruguay no debe seguir metiendo las narices en temas vinculados al islam, el terrorismo y los conflictos de Oriente Medio. No ganamos nada y tenemos mucho que perder”. Hay una asociación causal entre refugio, islam, terrorismo y conflictos de Oriente Medio y la no aceptación de refugiarlos como regla conclusiva para no “no tener problemas”. La editorial refuerza tal argumento de inutilidad/desventaja estigmatizando la asociación de refugio y conflicto: “Los refugiados de Guantánamo, otro de los legados del gobierno de José Mujica, siguen siendo motivo de preocupación. En Montevideo, uno de los ex presos de esa cárcel estadounidense organizó hace poco un desagradable show de protesta publicitado a nivel internacional”3.

 

Por último, luego del esquema argumentativo de inutilidad/desventaja que desgrana la editorial sobre el refugio de seis personas de origen sirio en Uruguay en 2014, tras un proceso de negociación entre Uruguay y Estados Unidos, se introduce una conclusión sobre un supuesto acuerdo: “(…) todo indica que —más allá de la publicitada habilitación para exportar las naranjas uruguayas— se incluyó el tan solicitado acceso de Mujica a la Casa Blanca para encontrarse mano a mano con Obama, y el apoyo estadounidense a la postulación del ex-canciller Luis Almagro a la secretaría general de la OEA. No en vano el entonces presidente uruguayo había dicho que no haría nada «gratis» y que «pasaría la boleta» por traer a los refugiados, un trato que según las encuestas de la época recibió el apoyo de apenas la tercera parte de los uruguayos”.

 

Así, la visibilidad “espectacular” que adquirió en los medios de comunicación el conflicto político de los seis refugiados de Guantánamo en Uruguay fue aprovechado por El País con la intención de constituir “un” modo de pensar de cara a la sociedad y en relación a los “desaciertos políticos” del gobierno, apoyándose en los refugiados en un doble sentido: tanto por los problemas que provocan como en los problemas que padecen.

 

Argumento de definición, interpretación. 

La raíz causal del topos de definición/interpretación de los nombres puede encontrarse en la siguiente regla conclusiva: si una acción, una cosa o una persona (o grupo de personas) recibe el nombre o es designado (como) X, la acción, la cosa o la persona (o grupo de personas) posee o debería poseer las cualidades, los rasgos o los atributos contenidos en el significado (literal) de X. Por ejemplo, un argumento que se repite en varias editoriales es la falta de gratitud de los sirios por recibirlos en calidad de refugiados. Se subraya que los siros (grupo designado como refugiados) en lugar de sentir un mínimo de gratitud (deberían tener consideración) por la acogida que les dispensó Uruguay (y en lugar de ello) se manifestaron frente a la sede del gobierno diciendo que: «en Uruguay se vive mal, se pasa hambre, falta seguridad y no hay futuro». El término de “acogida” lleva implícito en la editorial el “esfuerzo” de “todos” los uruguayos en “recibirlos”, señalando así que son “invitados” que deben mostrar gratitud o marcharse si no les gusta la forma de acogerlos. De esta manera, aquellos que son invitados, recibidos, no adquieren el derecho a realizar reclamos. Esa imposibilidad se construye no únicamente negando el lugar de enunciación de la crítica, sino también negando la posibilidad misma de sentirse insatisfecho a partir de la pertenencia de los sujetos a la categoría esencializada de refugiados.

 

La estrategia argumentativa mencionada en relación a las familias sirias refugiadas en Uruguay durante el gobierno de Mujica, le sirvió a El País para descalificar de forma directa al gobierno oficialista. Por ejemplo, en la editorial “El fracaso con los sirios” (19/04/2016), se observa una negociación de los significados a partir de mostrar a las familias sirias refugiadas en Uruguay como conflictivas con el fin de persuadir políticamente a una determinada audiencia: “El panorama antes descrito (los sirios que se manifestaron frente a la torre ejecutiva) prueba que, como ocurrió con otras tantas iniciativas de la administración Mujica, en esta también predominaron la improvisación y el voluntarismo. Y asimismo, todo estuvo teñido por las urgencias políticas del momento con un presidente ansioso por consolidar su imagen internacional enarbolando las banderas de solidaridad con los perseguidos del mundo, incluidos los presos traídos de Guantánamo que a su turno fueron igualmente una fuente de complicaciones. Hoy se ve que aquel show montado con la llegada de los sirios, con Mujica recibiéndolos en persona, tenía un evidente propósito electoral (o cinematográfico) concebido sin el respaldo de un plan serio y bien pensado para generar una estable corriente migratoria”.

 

Nuevamente se asocia a los refugiados con la idea de conflicto y se visibiliza el fenómeno migratorio, particularmente de la colectividad siria, como un problema que “trajo” Mujica, de forma “irresponsable”, y sin atender las necesidades del resto de los uruguayos. 

 

Argumento de peligro y amenaza

El topos de peligro o topos de amenaza se basa en los siguientes condicionales: si una acción o una decisión política implica concretas consecuencias peligrosas o amenazantes, no debemos emprenderla ni realizarla. O, dicho de otro modo, si existen peligros y amenazas concretas, debemos hacer algo que las contrarresten. Esto implica la difusión y construcción de representaciones de un “otro” peligroso, el cual debe ser identificado y disciplinado. Por ejemplo, un argumento que se repite también en varias editoriales es: “la no elección de refugiados cristianos que, como se sabe, sufren el acoso del Estado Islámico y han sido víctimas de asesinatos en masa. En lugar de eso Mujica estaba más interesado en actuar con musulmanes y mostrar a mujeres con el velo islámico”, asociando y contextualizando tal elección de musulmanes (y no cristianos) con los atentados terroristas sufridos en Europa, para mostrar así las amenazas potenciales al no elegir refugiados cristianos. Este esquema argumental puede ser empleado también como estrategia de inversión de las posiciones de la víctima y el victimario, de modo que los prejuicios que actúan en contra de grupos determinados recaen sobre ellos y los responsabiliza de ser el fundamento de los problemas sociales.

 

Por ejemplo, en la editorial “Los sirios que no vendrán” (16/02/2016), como en las otras editoriales analizadas, se representa a los sirios, y de forma recurrente, en situaciones de conflicto, y se los asocia y construye como un colectivo que, dada sus características culturales, se vuelven incompatible con nuestros valores y nuestro sistema social: “(…) hay pocos empleadores dispuestos a proporcionar un empleo a personas que carecen de cultura de trabajo y que han declarado públicamente que en Uruguay ‘se vive mal, se pasa hambre, falta seguridad y no hay futuro’. Con tales antecedentes es difícil pensar que gente de la misma procedencia y con similares características pueda integrarse sin dificultades a la sociedad uruguaya. Todo ello revela que los criterios empleados por el gobierno uruguayo para seleccionar a los refugiados sirios no fueron los mejores. Se ha dicho con razón que para facilitar su adaptación hubiera sido mejor elegir a sirios cristianos, que también padecen en los campamentos de desplazados, en vez de islamistas, pero en la burocracia estatal nadie pareció interesarse en esa sugerencia. Es probable que estos otros siros se hubieran adaptado mejor a los hábitos del país. Sin embargo, la máquina publicitaria del gobierno puesta en marcha a fines de 2014 estaba tan interesada en mostrar a mujeres portando el velo islámico que todo intento de crítica quedó ahogado”.

 

Tal estrategia discursiva diferencialista, asociada con todos “los peligros y amenazas” para nuestra cultura que comporta ese colectivo, es el argumento principal que se esgrime para desprestigiar al gobierno del Frente Amplio. Los medios de comunicación constituyen así un modo de pensar y una forma de concebir, enunciar y regular la presencia de los refugiados dentro del Estado-nación que comporta grandes riesgos para estos colectivos (sirios), ya que tiene consecuencias directas en sus condiciones de vida, así como en las formas que adquieren sus procesos de inclusión/exclusión social.

 

Argumento humanitarismo, Económico y Realidad


Humanitarismo, una argumentación condicional que puede resumirse así: “si determinada acción o decisión política es compatible con los derechos humanos o con las convicciones y los valores humanitarios, debemos realizarla o tomarla, y su opuesto”. Este topos puede emplearse en toda situación en la que se presenten argumentos en contra o a favor del trato desigual y la discriminación, así como en favor del reconocimiento de las diferencias relacionadas con la “raza‟, la etnia, la religión, el género u otra particularidad. Sin embargo, la forma en que el topos se pone en juego  con el contexto general y  las noticias varía, y puede ser utilizado tanto para legitimar las iniciativas de refugio como para desestimarlas, dependiendo si favorece o no al gobierno.

 

Argumento económico, puede caracterizarse por la siguiente regla conclusiva: si una situación o acción concreta cuesta demasiado dinero o provoca una pérdida de ingresos, deberemos realizar acciones que disminuyan los costes o contribuyan a evitar la pérdida. Es un topos específicamente causal, de consecuencia. Aparece también vinculado al uso racional de los recursos y a la necesidad de privilegiar a los nacionales en relación a los extranjeros. En definitiva, los recursos y los problemas uruguayos mantienen la misma escala, no así  la guerra en siria o la prisión de Guantánamo.

 

Argumento realidad, se presenta como un esquema argumentativo tautológico que se explica por sí mismo: “debido a que la realidad es como es, hay que realizar una acción específica o adoptar una decisión concreta”.

 

Estos argumentos El País los utiliza en relación a los refugiados sirios llegados en 2014, bajo el título “Las familias sirias” (20/10/2014), mencionando que: “En este contexto internacional tan penoso importa dar un ejemplo de fraternidad universal”. Luego, un párrafo más abajo, señala que “Finalmente el problema es creer que Uruguay, país de renta media, pueda tener las mismas capacidades que los países ricos del mundo para brindar posibilidades de desarrollo a nuevas familias inmigrantes (…) Porque, claro está, no podremos proponer a todos los que lleguen transformarse en funcionarios públicos o ser acogidos con sus familias por hogares manejados por Hermanos Maristas”. En este caso se asocia, además, la dificultad económica con ser humanitarios. Por otra parte, la conclusión que comienza: “porque, claro está”, se vincula con el topos de realidad, tautológico, “no hace falta explicar nada más”, justificando que “como estamos así” no podremos continuar tomando decisiones que impliquen traer más refugiados.

 

Sin embargo, en la editorial: “El fracaso de los sirios” (2016) y “Los sirios que no vendrán” (2016 y 2017) -se publicó el mismo título en diferentes años, casi con un mismo texto-, durante el gobierno de Tabaré Vázquez, y con la noticia que no llegarían a finales de 2015 las 72 familias sirias que había anunciado el gobierno de Mujica, El País se apoyó en el argumento humanitario que antes había rechazado: “Lo que pudo ser una nutrida corriente migratoria constituida por sirios huyendo de la guerra concluyó en una única y por momentos ingrata experiencia para nuestro país”. Y sobre el final de la editorial concluye: “Si bien la hospitalidad para los sufrientes refugiados sirios pudo ser digna de apoyo en su momento, los errores cometidos en el manejo de todo el operativo y su innecesaria politización terminaron por condenarlo a un fracaso que hoy resulta inocultable”. De esa manera, El País se apropia del argumento humanitario, que previamente había puesto en tela de juicio, para volver a desacreditar al Frente Amplio a partir del desplazamiento de responsabilidades del colectivo sirio, que de victimario pasa a ser víctima.

 

Argumento Justicia


Se basa en el “principio de iguales derechos para todos” y se relaciona con el topos del humanitarismo. En tanto que proposición condicional significa que, si las personas, las acciones o las situaciones son iguales en determinados aspectos concretos deben recibir el mismo trato o ser objeto de la misma consideración. El argumento de justicia es asociado al humanitario en las editoriales, ya que se destaca en las piezas analizadas que los refugiados y los presos que llegaron a Uruguay significan un “peligro” y “una amenaza” para nuestras costumbres, religión, creencias y cultura, lo que se traduce en un “problema de integración”. Y como “los otros” no son iguales a “nosotros”, el argumento se apoya en las características del topos humanitario que apunta: “si una decisión política es compatible con los derechos humanos o con las convicciones y los valores humanitarios, debemos realizarla o caso contrario debemos rechazarla”. Se emplea en toda situación en la que se presenten argumentos en contra o a favor del trato desigual y la discriminación. Solo por poner un ejemplo de los muchos que pueden encontrarse en las distintas editoriales de El País, en la pieza “Las familias sirias” (2014) se menciona sobre el final que: “Finalmente, la nueva inmigración deberá aprender nuestras mejores tradiciones. En particular, la igualdad de derechos entre mujeres y hombres, que es la base social del mejor Uruguay. También, a familias que han sufrido tanto a causa de conflictos religiosos, importa mucho inculcar las bondades de nuestra laicidad. Ella es el sustento que asegura la tolerancia y el respeto por el otro, que son la base de nuestra democracia”.

 

Argumento Responsabilidad y carga (lastre) 


Responsabilidad: este argumento se relaciona con los topoi justicia y humanitarismo, y puede resumirse como: dado que un Estado o un grupo de personas es responsable de la aparición de problemas específicos, dicho Estado o grupo de personas debe actuar para hallar soluciones a esos problemas”. Se usa para argumentar en contra de la discriminación, pero también puede favorecer el fin opuesto, por ejemplo, en aquellos casos en que se hace responsable del desempleo a un gobierno y se le exige que reduzca la cuota de inmigrantes debido a que se considera erróneamente que ellos son la causa del mismo.

 

Carga/lastre: es un topos específicamente causal y puede resumirse en el siguiente significado: si una persona, un grupo, una institución o un país se hallan atravesados por problemas específicos, se los busca relacionar con condiciones generales y se asume que deben tomarse acciones para disminuir esas cargas.

 

Las editoriales de El País subrayan en varias piezas la “irresponsabilidad” y la “carga/lastre” del gobierno de Mujica en referencia a la acogida de los refugiados y los presos de Guantánamo, asociando tal decisión a la inseguridad y el peligro que pueden generar esas políticas sobre el pueblo uruguayo. Por ejemplo, la editorial “Guantánamo: prohibido mentir” (2016), se vincula la responsabilidad y la carga/lastre del gobierno al tomar la decisión de traer a los presos de Guantánamo a Uruguay, asociándolo a los argumentos de justicia y humanitarismo: “En diciembre de 2014 el presidente Mujica aseguró que la llegada al país de seis presos de la cárcel de Guantánamo no respondía a un trueque de ‘carne humana por naranjas’ entre el Gobierno uruguayo y el de EE.UU. Y, para darle sustento a su decisión, agregó que esta respondía a un gesto humanitario impulsado por la natural solidaridad del pueblo uruguayo”.

 

La línea argumental se sustenta en la irresponsabilidad del mandatario (que le dejó una carga o lastre al pueblo uruguayo con una decisión que en pos de un gesto humanitario puso en riesgo nuestra seguridad interna), que no actuó con la responsabilidad y transparencia del resto de los gobiernos sudamericanos, o de Suecia y Australia, que se negaron a recibir a los presos de Guantánamo, a quienes los asocian con las actividades del terrorismo en todo el mundo: “A pesar de eso, ningún gobierno sudamericano aceptó recibirlos. Igual respuesta recibió el presidente Obama de los gobiernos de Australia y Suecia, de reconocida tradición en brindar asilo a ciudadanos perseguidos por razones políticas. La explicación de estas negativas se basó en aspectos de seguridad interna en función del terror que las actividades terroristas han sembrado en todo el mundo, sin distinguir Estados, gobiernos o poblaciones” Más adelante se señala en la editorial: “(…) Como todo lo de Mujica, el proceso fue afectado por una gran opacidad, al punto que desde la llegada de los ex reclusos al Uruguay las cosas no se mostraron con la transparencia debida”.

 

Así, la responsabilidad y la carga/lastre se asocia con el argumento de justicia y humanitarismo, señalando que los “ex reclusos” no respetan la igualdad de los derechos humanos y por tanto las convicciones y los valores humanitarios: “En todos los rincones del planeta estos movimientos concretan masacres colectivas o ataques selectivos propios de un fanatismo y de una insania mental que fríamente desprecia los derechos fundamentales de las personas, en especial, el derecho a sus vidas”.

 

Argumento cultural


Este topos se basa en el siguiente esquema argumentativo: dado que la cultura de un grupo concreto o un pueblo es como es, surgen problemas específicos en situaciones específicas. Este topos se puede asociar con el topos de peligro o amenaza. La amenaza cultural de los refugiados sirios y los presos de Guantánamo es un argumento que atraviesa las editoriales analizadas. Por ejemplo, en la pieza “Los refugiados y sus costumbres” (2015) los topoi cultura y peligro son los argumentos principales para concluir sobre la amenaza de esos colectivos y “meter al Uruguay en un problema que no tenía”. La cultura del “otro” es vista como una amenaza latente, como un “problema” debido a que no muestran “una real voluntad de integración con la sociedad que los recibe”. La editorial concluye, derivado de esos argumentos culturales y de peligro/amenaza, que: “Ahora que aquí ya han aparecido problemas con los inmigrantes, derivados de sus costumbres y creencias, lo que ha llevado al gobierno electo a poner el freno de mano, es el momento de negociar con ACNUR un cambio y de traer gente que sea más afín a nuestras costumbres. Los hay y necesitan ayuda tanto como los otros”.

 

El argumento religioso, vinculado estrechamente a las características culturales es enunciado en diferentes oportunidades en las editoriales de El País. El éxito de los procesos de integración de contingentes migrantes anteriores en función de su confesión religiosa se presentan como una prueba de la inconveniencia de “seleccionar” población musulmana, culturalmente irreductible, en oposición a la población cristiana, fácilmente integrable.

 

Análisis de las estrategias argumentativas (diario El Observador)

Como ya se mencionó, durante el período analizado (2014-2018) el diario “El País” editorializó 13 veces sobre la inmigración, poniendo el foco en los refugiados sirios y los presos de Guantánamo, y El Observador publicó solo una editorial: “Los nacionales y los inmigrantes” (2018). A continuación, se analiza esa pieza editorial. 

 

Argumento de ventaja o utilidad, números

El topos de ventaja o utilidad puede parafrasearse mediante el siguiente condicional: si una acción ubicada bajo un concreto y relevante punto de vista resulta útil, entonces uno debe realizarla (por ejemplo, la utilidad que tienen los “trabajadores invitados” para una economía nacional). A este topos pertenecen diferentes subtipos, por ejemplo: el topos del pro bono público (“por el bien público”), el topos del pro bono nobis (“por nuestro bien”), y el topos del pro bono eorum (“por el bien de ellos”). 

 

El topos de los números puede subsumirse en esta regla conclusiva: si los números avalan un determinado topos deberá realizarse, o no realizarse, una acción concreta. Este topos puede volverse falaz si se lo relaciona incorrectamente con supuestas mayorías que no hayan sido verificadas empíricamente. 

 

El argumento de ventaja o utilidad de El Observador se sostiene en el topos números, concluyendo que los inmigrantes son una oportunidad para reforzar nuestra pirámide poblacional envejecida y reforzar nuestro sistema previsional: “Es un dato de la realidad que Uruguay viene recibiendo cada vez más nuevos inmigrantes principalmente de Venezuela, Cuba, República Dominicana, Colombia y Perú. Los datos de la Dirección de Identificación Civil de las cédulas de identidad emitidas a extranjeros en el último año indican que 5.611 venezolanos, 3.510 cubanos, 809 colombianos, 604 peruanos y 494 dominicanos fueron los más recientes en obtener el documento. Pero, esas cifras se quintuplican en algunos casos. Es un hecho que son cada vez más los inmigrantes que arriban. Su presencia le está cambiando la cara a los trabajos en Uruguay y eso es bueno”. 

 

En el final de la editorial el topos número se asocia con el argumento  ventaja/utilidad: “En una ciudadanía envejecida como la de Uruguay, con enormes dificultades para crecer en número, donde la pirámide poblacional decrece, y el déficit del sistema previsional es abismal, abrirles las puertas a los inmigrantes que quieran trabajar debería ser hasta una política de Estado. No algo para dejar librado al azar (pro bono nobis “por nuestro bien” y pro bono eorum “por el bien de ellos”). (…) Por lo antedicho, querer plantear una dicotomía entre migrantes o nacionales es un error. Las poblaciones migrantes deben encontrar rápido su lugar en el país y cuanto antes ser asimiladas por los uruguayos. Se trata de una decisión que beneficiará al país y a su vez aliviará la pena de aquellos que forzosamente deben dejar sus tierras. Después de todo, es lo que corresponde, puesto que la inmensa mayoría de los uruguayos somos descendientes de inmigrantes”. 

 

El condicional “debería” hace referencia a las “políticas de estado” que tendrían que “beneficiarse” de tal situación, justificando así que las poblaciones migrantes deben encontrar “rápido su lugar en el país y cuanto antes ser asimiladas por los uruguayos”. 


Para finalizar…


El desafío de los medios de comunicación en Uruguay será, en relación a la migración y durante los próximos años: ¿cómo preguntarse por la interculturalidad sin aludir a la identidad del “otro” como un proceso “amenazante” que se debe “integrar” para evitar disoluciones, quiebres e implosiones identitarias? ¿Cómo pensar los desafíos urgentes dentro del campo de la comunicación para generar espacios de encuentro y de diálogo entre las diferentes culturas identitarias? ¿Cómo gestionar la diversidad sin aludir a un proyecto de sociedad que legitime un proyecto identitario que expulse, excluya y amordace a quienes no caben en la formulación de los parámetros de pertenencia, a quienes no reúnan los requisitos para ser considerados ciudadanos de primera?¿Cómo pensar los nuevos desafíos que introduce la inmigración en la sociedad uruguaya, desde una perspectiva comunicacional, para subvertir los relatos que desde los medios los condenan a ser un problema permanente?

 

Es necesario analizar entonces el pensamiento y el lenguaje del momento histórico en el que se configuran y estructuran tales argumentos y enunciaciones para entender la complejidad del fenómeno migratorio bajo la luz de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los derechos migrantes establecidos en la ley. La Declaración Universal es un documento que marca un hito en la historia, ya que establece por primera vez los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo, y donde se señala en el Artículo 13 y 14 que: “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado; y que en caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país”. La Declaración Universal de Derechos Humanos fue elaborada por representantes de todas las regiones del mundo, con diferentes antecedentes jurídicos y culturales, y fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su Resolución 217 A (III), como un ideal común para todos los pueblos y naciones4.

 

Notas

1 Más información en:  https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Caen-ventas-de-diarios-en-papel-y-aumentan-suscripciones-digitales-en-Uruguay-uc685830
2 “Los uruguayos ante la inmigración. Encuesta Nacional de Actitudes de la Población Nativa hacia Inmigrantes Extranjeros y Retornados”, realizado por el Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Udelar. Más información: https://www.colibri.udelar.edu.uy/jspui/bitstream/20.500.12008/19985/1/DT%20PP%202017-01.pdf
3 La editorial se refiere a la protesta que realizó Jihad Ahmad Diyab el 11 de enero de 2016  frente a la Embajada de Estados Unidos junto a Plenaria Memoria y Justicia y otras organizaciones. El refugiado sirio reclamó el cierre de la cárcel de Guantánamo emulando el procedimiento por el que era alimentado a la fuerza.
4 Más información: https://www.un.org/es/universal-declaration-human-rights/